Sorteos y rifas

Siguiendo con el tema de sorteos y rifas, vemos que en muchos pueblos existe un gran problema: que la gente se echa atrás a la hora de comprar boletos. La razón es simple y llanamente que no se van a enterar del resultado, ya que generalmente se empiezan a vender con varios días de antelación y quizás no vayan a estar el día del sorteo. 

En muchos pueblos cometen el error de hacer la necesidad de que el número ganador aparezca al momento, y en caso de no estar, se saca un nuevo número. Otros, ponen una lista con los números ganadores en el bar del pueblo, pero no se dan cuenta de que habrá gente que probablemente no vuelva hasta las fiestas del próximo año, y por lo tanto, tampoco se enterarán del número ganador.

Para solucionar este problema existen dos posibles soluciones. La primera de ellas se trata de vender los boletos el mismo día en el que se va a realizar el sorteo, lo que anima a la gente a comprar boletos. 

La segunda opción es más compleja. En este caso es necesario que los boletos se dividan en dos, de forma que el vendedor se queda con la parte en el que aparece el número del boleto (y en el que se apunta el nombre y teléfono del comprador), y por otro lado, al comprador se le da la otra parte, en la que también aparece el número del boleto. De esta forma, una vez se haga el sorteo, se puede llamar a la persona ganadora para avisarle que su boleto a resultado ganador.

Personalmente, la última opción ya la he visto hacer en varios pueblos, y no me parece mala idea, ya que puedes vender boletos a todo el mundo, ya que si resultan ganadores, se les avisará por teléfono. El contrapunto está en la desconfianza que puendan mostrar los compradores a la hora de dar su número de teléfono. Pero puedo asegurar que la gente lo da.


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